martes, diciembre 13, 2005

Asesinos en serie (u otra pérdida de tiempo)

(Advertencia: este es otro post condicionado por el hecho de estar estudiando, tener poco tiempo para escribir y sentirme culpable si paso mucho tiempo sin postear. Este no es un post que tenga un hilo, ni una lógica, ni una buena razón para ser escrito. Aclaro que de ninguna manera este es el post que perdí la vez anterior. Sigan leyendo at your own risk)

Una reciente conversación y un intercambio de información con el habitual comentador YadaYada me hizo volver sobre un casi hobby que tenía abandonado desde hacía poco tiempo, los asesinos en serie. Lo bueno fue que me pasara información y datos bastante interesantes (o al menos curiosos) que no conocía y sobre los que tuve que salir a buscar inmediatamente. Algunos de esos datos.

* John Wayne Gacy se dedicó a pintar en la cárcel. Esto no es muy raro. Otros también lo hicieron, como Richard Ramírez y Henry Lee Lucas e inclusive hay gente que colleciona obras de serial killers. Lo raro fue enterarme de que casi todas las obras fueron destruídas por un tipo que las compró en una subasta y que la única que queda es un retrato de nada más y nada menos que GG Allin que está en posesión de su hermano Merle Allin. Dios los cría y el viento los amontona.

* Si conocen la historia de Jeffrey Dahmer saben sobre el episodio de 1991 en el que una de sus víctimas se le escapó. Si no lo saben resumo. El chico en cuestión era un joven laosiano de 14 años que no hablaba inglés y que la policía encontró desnudo, aturdido, sangrando y, como si eso fuera poco, con agujeros en la frente hecho con un taladro eléctrico. Dahmer convenció a la policía de que el chico era su novio de 19 años que estaba borracho (o drogado no me acuerdo) y la policía dejó que se lo llevara de vuelta a su casa sin siquiera pedirla al joven su identificación. Esa misma noche Dahmer lo mató y descuartizó. Lo que no sabía del asunto es que los dos policías fueron separados de la fuerza cuando eso se hizo público pero presionaron para recuperar sus puestos hasta que lo consiguieron y los nombraron "Oficial del año" por haber luchado por sus trabajos. Uno de los dos policías, John Balcerzak, fue nombrado presidente de la Milwaukee Police Association este año. Este bonito panorama sobre la policía de Milwaukee se completa con la gloriosa frase del policía que abrió la heladera de Dahmer, "There's a fucking head in the refrigerator!"

* Nunca me había enterado muy bien de la historia del Petiso Orejudo, el único verdadero asesino en serie de estos pagos. Ya sé que es inperdonable que no me haya interesado mucho anteriormente por él y no tengo excusas. Pero jamás me imaginé que estaba tan, pero tan limado. Este tipo tuvo su primer intento de asesinato a los ocho años, mató por primera vez a los diez y lo agarraron a los dieciseis. ¿Qué carajo le pasaba a este tipo? Encima ver los detalles de los asesinatos es completar una imagen verdaderamente espantosa. Una víctima de tres años con la cabeza atravesada con un clavo. Una de un año y seis meses enterrada viva. Otra de cinco años a la que le prendió fuego el vestido.

* El caso entero de Issei Sagawa. Un estudiante japonés de literatura en la Sorbona que invitó a una chica por la que se sentía atraído a comer a su casa, intentóa avanzarla, ella se negó y él la mató y luego se la comió. El caso no parece nada muy raro. Todo lo raro es lo que viene después. Sagawa nunca se arrepintió. Lo internaron en una institución psiquiátrica pero como su padre es rico logró que lo manden a un instituto en Japón y quince meses después logró que lo dejaran libre. Que bueno es tener un padre con plata. Ahora el tipo es una celebridad, dió entrevistas en todas partes contando los detalles del crimen, actuó en películas porno (y alguna de las otras) y escribó varios libros que vendieron unas cuantas miles de copias. Como si fuera poco, los Stones le dedicaron el tema "Too Much Blood" en el Undercover.

* La imagen arquetípica del asesino en serie moderno comienza indudablemente en el ya legendario Jack The Ripper. Un tipo frío, calculador, cruel, inteligente, a veces hasta genial, siempre un paso por delante de la policía, mandándoles cartas para reírse de su ineficacia. Pero esa imagen como bien dije empezó en 1888 y asesinos hubo toda la vida, solo que la historia los tiene un poco olvidados. Y es una lástima porque hay algunos precursores del moderno serial killer que son realmente interesantes. Los casos suelen ser bastante diferentes porque la justicia tenía una estructura bastante diferente y los asesinos solían ser nobles, militares, religiosos y demás héroes nacionales que nadie quería condenar. Esto llevaba a que algunos tuvieran cantidades descomunales de víctimas, como la conocidísima húngara Erzsébét Báthory que para el momento de su enjuiciamiento se la acusó de unos 600 crímenes (aunque las fuentes difieren bastante pero este es un número bastante aceptado) . El también muy limado pero menos conocido Gilles de Rais, aristócrata, soldado y héore nacional francés que sirvió en la campaña de Juana de Arco, fue apresado por secuestrar, violar y torturar al menos cien niños (entre 80 y 200 sería más preciso). Inclusive hay teoría que dicen que algunos de los mitos medievales sobre hombres lobo y vampiros estarían inspirados en asesinos seriales pérdidos en la historia.

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Después de escribir tantas boludeces me pregunto porque realmente nos interesamos por los asesinos en serie y por demás variaciones de la perversión y la crueldad. Me pregunto porque un tipo como yo, vulgar y silvestre, un vegetariano incapaz de matar una mosca. Alguien que jamás apoyaría o pensaría que está bien torturar a alguien hasta la muerte para luego descuartizarlo, masturbarse sobre los restos y comerse alguna víscera se puede sentir interesado por alguien que sí podría hacerlo.

Para contestar la pregunta tengo que aclarar un pensamiento batailleano que tengo sobre lo que es propio del hombre. El pensamiento más común es que lo propio del hombre es la razón, la curiosidad científica, el lenguaje y es cierto que todas esas cosas lo son, pero hay una de la que se suelen olvidar y que no es menos característica del hombre y es la tendencia hacia la inutilidad y el desperdicio. El hombre es el único animal que realmente puede hacer cosas sin ningún fin práctico. De esa tendencia surge el arte y el hedonismo. Una de las formas del hedonismo es sin duda la crueldad. No aclaro crueldad injustificada como pensaba escribir porque toda crueldad está injustificada. La crueldad por lo tanto es propia del ser humano. Apoyarla o no, practicarla o no, depende de cada uno. Pero todos somos capaces de hacerlo y saberlo e intentar entenderlo en sus diferente formas es intentar entender algo sobre la naturaleza humana y sobre la naturaleza de la sociedad en cuyo seno esa crueldad puede surgir porque todas las acciones, creencias y valoraciones son contingentes en mayor o menor medida.

Como conclusión me doy cuenta de que me interesan los asesinos en serie por las mismas razones por las que me interesa el arte. Me doy cuenta de que después de todo lo que se escribió sobre la relación entre muerte y arte y habiendo establecido esta relación, la crueldad no es algo tan alejado del arte. Me pregunto ahora si las razones por las que mata un asesino en serie son las mismas por las que un artista hace su trabajo.