miércoles, enero 31, 2007

Blah blah blah

Es común que el noise sea asociado con la idea de experimental, pero la verdad es que la asociación raras veces está justificada. En la mayor parte del noise no hay ninguna intención experimental. Los músicos saben exactamente lo que hacen y que quieren lograr, incluso una gran cantidad no solo no es experimental sino que es indiscutiblemente cabeza. Por eso uno de los mayores problemas que suele tener el noise es lo fácil que los artistas caen en la autoindulgencia y sacan millones de discos por año que básicamente todos suenan iguales. Música que no toma mucho trabajo y que sean buenos o malos no suman nada nuevo ni implican absolutamente ningún riesgo. Aún a pesar de eso quedan artistas noise arriesgados y que hacen cosas diferentes que sí pueden ser llamadas experimentales. En esta categoría figura la artista que, estoy convencido, es el verdadero futuro del noise, Jessica Rylan.

Rylan es una de las figuras más notables de la escena noise actual y la verdad es que la escena le queda bastante chica y la calificación de noise también. Tanto su música como sus performances (por lo poco que he visto) son difícilmente encasillables dentro del noise puro y duro que reina en la escena actual. Rylan no tiene miedo de usar en su música elementos efectivamente musicales que la mayoria de los demas musicos parecen ya haber eliminado completamente, y digamos la verdad, no importa cuanto te guste el noise, un poco de ritmo nunca viene mal. En definitiva, creo que Jessica Rylan es la única artista que en los últimos tiempos está moviendo el noise hacia sonidos nuevos y territorios no explorados.

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Pasé estas dos últimas semanas escuchando mucho Beirut, tanto el disco The Gulag Orkestar como el EP Lon Gisland. La música balcánica no suele interesarme, al menos no la que llega acá. Creo que podría decir que no soporto a Emir Kusturica (no solo tocando) y jamás me molesté en intentar escuchar a Goran Bregovic. Simplemente no es lo mío. Pero Beirut me encantó desde el principio y no me pareció raro, fue después de bastantes escuchas que me pregunté porque esto me gustaba y lo demás no. La respuesta que encontré es simple, la música de Beirut no es balcánica. Es tan balcánica como puede ser la música compuesta y grabada integramente por un chico de 20 años nativo de Santa Fe, New Mexico que estuvo un tiempo en Europa del este y quedó temporalmente fascinado con esa música. Y ese es el caso de Zach Condon, el compositor detrás de Beirut. Es indie norteamericano mucho antes que música balcánica. (Para apoyar lo que digo leo en la wikipedia que en su adolescencia Condon grabó dos discos no editados, uno electrónico inspirado por Magnetic Fields y otro de doo-woop y dice en una entrevista que esto también es una etapa y que no cree que lo próximo que haga suene así). He ahí la respuesta simple que encontré.

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¿Alguno sabía que en este momento se está tocando en un organo de una iglesia en Halberstadt, Alemania una versión de Organ²/ASLSP (As SLow aS Possible) de John Cage tomando al pie de la letra la instrucción del título de tocarla tan lento como se pueda? La pieza es usualmente interpretada con una duración de unos 20 minutos pero dispuestos a tocarla "tan lento como sea posible" y como un órgano no impone límites respecto a cuán lento puede ser tocado se decidió tocarla por un tiempo equivalente al tiempo que lleva ese órgano puesto ahí, nada menos que 639 años hasta el año 2000. La ejecución de la pieza comenzó el 5 de septiembre del 2001 sin cambios hasta más o menos un año y medio después cuando la primer nota fue tocada y se mantuvo sin variaciones hasta que un año después otra nota se le sumó. Y sí, dije que un año despues de comenzado la ejecución sonó la primer nota porque empezó con una pausa, y dada su monumental duración, esa pausa duró un año y medio. O sea, durante un año y medio nada sonó pero se estaba ejecutando la obra musical más larga en la historia de la humanidad, uno podría haber estado ahí, no escuchar nada y aún así estar escuchando la música siendo ejecutada por el órgano, y tal vez jamás enterarse. Aún más interesante es que al contrario de 4'33'' esta obra no es intencionadamente silenciosa, no es una obra conceptual sobre el silencio ni nada que se le parezca, ese silencio fue solo una consecuencia lógica y nada más.